Familias Sicilianas de Paraná (Entre Ríos - Argentina)
miércoles, 30 de marzo de 2011
I Cugini
I Cugini es una Orquesta Tradicional conformada por jóvenes que tiene un amplio repertorio para animar musicalmente en vivo todo tipo de eventos.
I Cugini è una tradizionale orchestra composta da giovani che hanno un ampio repertorio di DJ dal vivo per tutti i tipi di eventi.
I Cugini is a traditional orchestra comprised of young people who have a wide repertoire for live DJ for all types of events.
visite su página:
http://www.icugini.com.ar/videos.html
martes, 29 de marzo de 2011
CONCIERTOS DE PEPPE PAGANO EN ARGENTINA
Domingo 2 de octubre en Ciudad Autónoma
de Buenos Aires (C.A.B.A.) Av. de Mayo
Domingo 30 de octubre en Bahía Blanca
sábado, 26 de marzo de 2011
Poesías de Anna Bonarrigo de Roccalumera, Messina, Sicilia
BOCCA DI ZAGARA
Odora d'essenze,di terra smossa,
di fiori selvatici
mai estirpati.
Fra le lunghe treccie sciolte
sulla schiena nuda
l'odor del sole
che cinge la vita.
Bocca di zagara
e di aspri profumi
dell'estati afose
fra i campi colmi
di sudore
e di braccia stanche.
Bocca di zagara
figlia della terra,
sazi la ghiaia
sotto ai tuoi piedi scalzi.
Senti il respiro
d'un albero e nutri d'oro
le labbra assetate.
Bocca di zagara.
ricolmi di vita
la terra natia.
LA MADRE DI PIETRA
Tornano i miei passiin quel vicolo
la grande madre di pietra
immobile sovrastava gli anni.
Immaginavo celata dentro
al suo mistero
una giovane fanciulla
che mia vidi affacciarsi.
Mi guardava austera
eppur sembrava offrimi le sue pareti
dove appoggiar le mani
e poi piangere
e poi sognare
e poi parlar con lei.
Sento ancora i colpi sull'incudine
l'odore del pane caldo
ed i sette figli razzolar intorno al forno
sotto la foto della madre morta.
Un fazzoletto d'ombra
dove si mischiavano i racconti
alla brezza della sera
nelle parole meste degli anziani.
Il bottegaio intento negli affanni
e la vecchia nonna
a vigilar la sua stanchezza.
Un canto da ridestar lo sguardo
al balcone adornato di fiori porpora,
ancora m'accompagna la sua voce
ai piedi della torre di pietra
in quella via dove ora
tutto è silenzio.
TORRE
Ai piedi della torre di pietra,
una mano stretta all’altra
in un cerchio di f ...anciulli.
Da qui odo ancora una flebile voce
intonare canti lontani.
Qui, ad un passo dal mio mare
così azzurro e sconfinato.
Ora impetuoso, ora calmo
stavo fermo ad ammirarlo.
Nelle lunghe estati assolate
ove i rintocchi dicevano casa
ed il tardio tramonto mi
vestiva d’ombre.
In questo lembo di terra
intrisa di ricordi di vita
nulla è cambiato…
E nel lungo corteo di gente
Trovo ancora il mio cammino,
nei passi segnati
e in quelli che varranno.
LE MANI NEL VENTO
(mensione speciale premio "TARC")
Due sandali color corda
e nei p ...assi insicuri
salivo la scala di legno
inebriata dal profumo di zagara.
Fra le mani un frutto color dell’oro,
la terra di mio padre
dalle braccia forti e salde,
dove il sole scaccia il tramonto.
Le mani nel vento
per sentire il profumo del mare,
dell’estati assolate,
delle ombre che disegnano i sassi,
del mandorlo vestito di festa.
Le mani nel vento
per sentire gli odori,
tornare nel tempo,
vedermi bambina,
fra i cesti usurati
assaporare quell’aspro.
Lo stringo ora fra le mani
quel frutto donato dal sole.
Tutto si ferma…
M’inebrio di vita
in un profondo respiro d’essenze,
sapori, colori, acerbi profumi e canti lontani…
Le mie mani nel vento,
in questa terra incantata
ho donato la vita.
PEPPE PAGANO - CANTANTE DE ROCK MELODICO SICILIANO - TRAYECTORIA
Contact Manager
Antonia Russo
Antonia Russo
Currículo artistico
Personalidad de la televisión del año 1997, el festival de Nebrodi en Capo d'Orlando (ME).
Únete a la Academia de Canto de San Remo de gira gana la etapa regional en la ciudad de Lipari (Islas Eolias) y la final celebrada en Adrano (TC).
Después de una formación en prácticas en la Academia de la canción italiana, ayudó a la ciudad de Sanremo Sanremo en la Final Nacional de 1998.
Más tarde participó en el festival concurso “° VOCE FOR EUROPA” 2000 en Roma, junto a los artistas de la comunidad europea, y el 10 º Festival de Primavera de Notas emitidas por el Municipal de Turismo Novigrad en Calabria.
Programa en la televisión y varias emisoras de radio en Sicilia, ha grabado la nueva canción La Voz de Trueno escrita por el maestro Riccardo Carauddo.
Canción, este último incluido en el recopilatorio producido por el italiano EMME EFFE Music Latina (RO).
En 2002 se creó la BLACKOUTBAND para los que se registran las primeras canciones y luego el primer disco titulado "El Vacío" En noviembre de 2005 la banda grabó su segundo álbum titulado "Ser o no ser ...", compuesto por Peppe , el alma indiscutible de la banda de rock.
En enero de 2006, ha sido seleccionada BLACKOUTBAND targato ROCK Italia (Milán) como una revelación de las mejores bandas del momento la banda ,toco en los bares, pizzerías, plazas y estadios
Únete a la Academia de Canto de San Remo de gira gana la etapa regional en la ciudad de Lipari (Islas Eolias) y la final celebrada en Adrano (TC).
Después de una formación en prácticas en la Academia de la canción italiana, ayudó a la ciudad de Sanremo Sanremo en la Final Nacional de 1998.
Más tarde participó en el festival concurso “° VOCE FOR EUROPA” 2000 en Roma, junto a los artistas de la comunidad europea, y el 10 º Festival de Primavera de Notas emitidas por el Municipal de Turismo Novigrad en Calabria.
Programa en la televisión y varias emisoras de radio en Sicilia, ha grabado la nueva canción La Voz de Trueno escrita por el maestro Riccardo Carauddo.
Canción, este último incluido en el recopilatorio producido por el italiano EMME EFFE Music Latina (RO).
En 2002 se creó la BLACKOUTBAND para los que se registran las primeras canciones y luego el primer disco titulado "El Vacío" En noviembre de 2005 la banda grabó su segundo álbum titulado "Ser o no ser ...", compuesto por Peppe , el alma indiscutible de la banda de rock.
En enero de 2006, ha sido seleccionada BLACKOUTBAND targato ROCK Italia (Milán) como una revelación de las mejores bandas del momento la banda ,toco en los bares, pizzerías, plazas y estadios
. En noviembre de 2006 una de las canciones de la banda se ha puesto en cuestión por la etiqueta de "memoria" de Milán, en las listas de éxitos italianas BILIVE, Música TV toda la música.
El mes de julio de 2007 el BLACKOUTBAND ocupó el primer lugar de la "parte superior de la parte superior", organizado por el mencionado (el prestigioso sello de Milán).
En mayo de 2008 la banda grabó su primer video musical con la canción "cree" un éxito importante, el video fue transmitido en rotación en varias estaciones de televisión nacional,
Entre el 2008 y 2009 Peppe Pagano y sus compañeros realizaron el tercer álbum llamado "Reverse".
En 'Verano de 2009, después de la "última fecha Peppe Pagano deja el nombre de la banda y comenzo como solista,y realizo su primera presentación en vivo en 2009,
El mes de julio de 2007 el BLACKOUTBAND ocupó el primer lugar de la "parte superior de la parte superior", organizado por el mencionado (el prestigioso sello de Milán).
En mayo de 2008 la banda grabó su primer video musical con la canción "cree" un éxito importante, el video fue transmitido en rotación en varias estaciones de televisión nacional,
Entre el 2008 y 2009 Peppe Pagano y sus compañeros realizaron el tercer álbum llamado "Reverse".
En 'Verano de 2009, después de la "última fecha Peppe Pagano deja el nombre de la banda y comenzo como solista,y realizo su primera presentación en vivo en 2009,
Su primer clip de vídeo en solista en abril 2010 con la canción "Volver alavida" con la modelo de Milán Monia La Ferrera.
ElDisco “Inverso” esta a la venta desde enero de 2011 todo el mundo a través de Amazon.
ElDisco “Inverso” esta a la venta desde enero de 2011 todo el mundo a través de Amazon.
miércoles, 23 de marzo de 2011
Peppe Pagano - Cantante de Rock de Sicilia
PEPPE PAGANO ES UN CANTANTE DE ROCK MELODICO, QUE PROXIMAMENTE LLEGARA A LA ARGENTINA A PROMOCIONAR SUS CANCIONES Y BRINDAR ESPECTACULOS.
PEPPE PAGANO É UN CANTANTE DI ROCK MELODICO CHE PRESTO ARRIVERÁ IN ARGENTINA PER PROMUOVERE LE SUE CANZONI E FARA SPETTACOLI
PEPPE PAGANO IS A MELODIC ROCK SINGER THAT COMING SOON TO ARGENTINA TO PROMOTE THEIR SONGS AND SHOWS PROVIDE.
lunes, 21 de marzo de 2011
L' ITALO EUROPEO - An independent cultural magazine in London
Hemos recibido de nuestro amigo en Londres, un italiano que reside allí desde hace unos 20 años, la página de su publicación.
Abbiamo ricevuto dal nostro amico a Londra, un italiano che vive lì da 20 anni, la pagina della sua pubblicazione.
We have received from our friend in London, an Italian who lives there for 20 years, the page of his publication.
http://www.italoeuropeo.com/
http://www.vivilondra.com/
domingo, 20 de marzo de 2011
FOTOS - FESTIVAL FOLCLORICO ITALIANO - 150 AÑOS DE LA UNIDAD DE ITALIA
En en las puertas de la Sociedad Italiana de Paraná
Enviado por Juanita Ferro Oneto del Centro Lígure de Paraná
Enviado por Juanita Ferro Oneto del Centro Lígure de Paraná
sábado, 19 de marzo de 2011
viernes, 18 de marzo de 2011
ITALIA 150 - DISCORSO
LA CERIMONIA IN PARLAMENTO
Il discorso del presidente della Repubblica davanti
alle Camere riunite in occasione della Festa dell'Unità
LA CERIMONIA IN PARLAMENTO
Il discorso del presidente della Repubblica davanti
alle Camere riunite in occasione della Festa dell'Unità
Sento di dover rivolgere un riconoscente saluto ai tanti che hanno raccolto l’appello a festeggiare e a celebrare i 150 anni dell’Italia unita : ai tanti cittadini che ho incontrato o che mi hanno indirizzato messaggi, esprimendo sentimenti e pensieri sinceri, e a tutti i soggetti pubblici e privati che hanno promosso iniziative sempre più numerose in tutto il Paese. Istituzioni rappresentative e Amministrazioni pubbliche : Regioni e Provincie, e innanzitutto municipalità, Sindaci anche e in particolare di piccoli Comuni, a conferma che quella è la nostra istituzione di più antica e radicata tradizione storica, il fulcro dell’autogoverno democratico e di ogni assetto autonomistico. Scuole, i cui insegnanti e dirigenti hanno espresso la loro sensibilità per i valori dell’unità nazionale, stimolando e raccogliendo un’attenzione e disponibilità diffusa tra gli studenti. Istituzioni culturali di alto prestigio nazionale, Università, Associazioni locali legate alla memoria della nostra storia nei mille luoghi in cui essa si è svolta. E ancora, case editrici, giornali, radiotelevisioni, in primo luogo quella pubblica. Grazie a tutti. Grazie a quanti hanno dato il loro apporto nel Comitato interministeriale e nel Comitato dei garanti, a cominciare dal suo Presidente. Comune può essere la soddisfazione per questo dispiegamento di iniziative e contributi, che continuerà ben oltre la ricorrenza di oggi. E anche, aggiungo, per un rilancio, mai così vasto e diffuso, dei nostri simboli, della bandiera tricolore, dell’Inno di Mameli, delle melodie risorgimentali. alle Camere riunite in occasione della Festa dell'Unità
Si è dunque largamente compresa e condivisa la convinzione che ci muoveva e che così formulerò : la memoria degli eventi che condussero alla nascita dello Stato nazionale unitario e la riflessione sul lungo percorso successivamente compiuto, possono risultare preziose nella difficile fase che l’Italia sta attraversando, in un’epoca di profondo e incessante cambiamento della realtà mondiale. Possono risultare preziose per suscitare le risposte collettive di cui c’è più bisogno : orgoglio e fiducia ; coscienza critica dei problemi rimasti irrisolti e delle nuove sfide da affrontare ; senso della missione e dell’unità nazionale. E’ in questo spirito che abbiamo concepito le celebrazioni del Centocinquantenario. Orgoglio e fiducia, innanzitutto. Non temiamo di trarre questa lezione dalle vicende risorgimentali! Non lasciamoci paralizzare dall’orrore della retorica : per evitarla è sufficiente affidarsi alla luminosa evidenza dei fatti.
L’unificazione italiana ha rappresentato un’impresa storica straordinaria, per le condizioni in cui si svolse, per i caratteri e la portata che assunse, per il successo che la coronò superando le previsioni di molti e premiando le speranze più audaci. Come si presentò agli occhi del mondo quel risultato? Rileggiamo la lettera che quello stesso giorno, il 17 marzo 1861, il Presidente del Consiglio indirizzò a Emanuele Tapparelli D’Azeglio, che reggeva la Legazione d’Italia a Londra : «Il Parlamento Nazionale ha appena votato e il Re ha sanzionato la legge in virtù della quale Sua Maestà Vittorio Emanuele II assume, per sé e per i suoi successori, il titolo di Re d’Italia. La legalità costituzionale ha così consacrato l’opera di giustizia e di riparazione che ha restituito l’Italia a se stessa. A partire da questo giorno, l’Italia afferma a voce alta di fronte al mondo la propria esistenza. Il diritto che le apparteneva di essere indipendente e libera, e che essa ha sostenuto sui campi di battaglia e nei Consigli, l’Italia lo proclama solennemente oggi».
Così Cavour, con parole che rispecchiavano l’emozione e la fierezza per il traguardo raggiunto : sentimenti, questi, con cui possiamo ancor oggi identificarci. Il plurisecolare cammino dell’idea d’Italia si era concluso : quell’idea-guida, per lungo tempo irradiatasi grazie all’impulso di altissimi messaggi di lingua, letteratura e cultura, si era fatta strada sempre più largamente, nell’età della rivoluzione francese e napoleonica e nei decenni successivi, raccogliendo adesioni e forze combattenti, ispirando rivendicazioni di libertà e moti rivoluzionari, e infine imponendosi negli anni decisivi per lo sviluppo del movimento unitario, fino al suo compimento nel 1861. Non c’è discussione, pur lecita e feconda, sulle ombre, sulle contraddizioni e tensioni di quel movimento che possa oscurare il dato fondamentale dello storico balzo in avanti che la nascita del nostro Stato nazionale rappresentò per l’insieme degli italiani, per le popolazioni di ogni parte, Nord e Sud, che in esso si unirono.
Entrammo, così, insieme, nella modernità, rimuovendo le barriere che ci precludevano quell’ingresso. Occorre ricordare qual era la condizione degli italiani prima dell’unificazione? Facciamolo con le parole di Giuseppe Mazzini – 1845: «Noi non abbiamo bandiera nostra, non nome politico, non voce tra le nazioni d’Europa ; non abbiamo centro comune, né patto comune, né comune mercato. Siamo smembrati in otto Stati, indipendenti l’uno dall’altro...Otto linee doganali....dividono i nostri interessi materiali, inceppano il nostro progresso....otto sistemi diversi di monetazione, di pesi e di misure, di legislazione civile, commerciale e penale, di ordinamento amministrativo, ci fanno come stranieri gli uni agli altri». E ancora, proseguiva Mazzini, Stati governati dispoticamente, «uno dei quali – contenente quasi il quarto della popolazione italiana – appartiene allo straniero, all’Austria». Eppure, per Mazzini era indubitabile che una nazione italiana esistesse, e che non vi fossero «cinque, quattro, tre Italie» ma «una Italia».
Fu dunque la consapevolezza di basilari interessi e pressanti esigenze comuni, e fu, insieme, una possente aspirazione alla libertà e all’indipendenza, che condussero all’impegno di schiere di patrioti – aristocratici, borghesi, operai e popolani, persone colte e incolte, monarchici e repubblicani – nelle battaglie per l’unificazione nazionale. Battaglie dure, sanguinose, affrontate con magnifico slancio ideale ed eroica predisposizione al sacrificio da giovani e giovanissimi, protagonisti talvolta delle imprese più audaci anche condannate alla sconfitta. E’ giusto che oggi si torni ad onorarne la memoria, rievocando episodi e figure come stiamo facendo a partire, nel maggio scorso, dall’anniversario della Spedizione dei Mille, fino all’omaggio, questa mattina, ai luoghi e ai prodigiosi protagonisti della gloriosa Repubblica romana del 1849.
Sono fonte di orgoglio vivo e attuale per l’Italia e per gli italiani le vicende risorgimentali da molteplici punti di vista, ed è sufficiente sottolinearne alcuni. In primo luogo, la suprema sapienza della guida politica cavouriana, che rese possibile la convergenza verso un unico, concreto e decisivo traguardo, di componenti soggettive e oggettive diverse, non facilmente componibili e anche apertamente confliggenti. In secondo luogo, l’emergere, in seno alla società e nettamente tra i ceti urbani, nelle città italiane, di ricche, forse imprevedibili riserve – sensibilità ideali e politiche, e risorse umane – che si espressero nello slancio dei volontari come componente attiva essenziale al successo del moto unitario, e in un’adesione crescente a tale moto da parte non solo di ristrette élite intellettuali ma di strati sociali non marginali, anche grazie al diffondersi di nuovi strumenti comunicativi e narrativi. E in terzo luogo vorrei sottolineare l’eccezionale levatura dei protagonisti del Risorgimento, degli ispiratori e degli attori del moto unitario. Una formidabile galleria di ingegni e di personalità – quelle femminili fino a ieri non abbastanza studiate e ricordate – di uomini di pensiero e d’azione.
A cominciare, s’intende, dai maggiori : si pensi, non solo a quale impronta fissata nella storia, ma a quale lascito cui attingere ancora con rinnovato fervore di studi e generale interesse, rappresentino il mito mondiale, senza eguali – che non era artificiosa leggenda – di Giuseppe Garibaldi, e le diverse, egualmente grandi eredità di Cavour, di Mazzini e di Cattaneo. Quei maggiori, lo sappiamo, tra loro dissentirono e si combatterono : ma ciascuno di essi sapeva quanto l’apporto degli altri concorresse al raggiungimento dell’obbiettivo considerato comune, anche se ciò non valse a cancellare contrasti di fondo e poi tenaci risentimenti. Ho detto dei principali protagonisti, ma molti altri nomi – del campo moderato, dell’area cattolico-liberale, e del campo democratico – potrebbero essere richiamati a testimonianza di una straordinaria fioritura di personalità di spicco nell’azione politica, nella società civile, nell’amministrazione pubblica.
Questi fortificanti motivi di orgoglio italiano trovano d’altronde riscontro nei riconoscimenti che vennero in quello stesso periodo e successivamente, dall’esterno del nostro paese, da esponenti della politica e della cultura storica d’altre nazioni ; riconoscimenti della portata europea della nascita dell’Italia unita, dell’impatto che essa ebbe su altre vicende di nazionalità in movimento nell’Europa degli ultimi decenni dell’Ottocento e oltre. Né si può dimenticare l’orizzonte europeo della visione e dell’azione politica di Cavour, e la significativa presenza, nel bagaglio ideale risorgimentale, della generosa utopia degli Stati Uniti d’Europa. Nell’avvicinarsi del Centocinquantenario si è riacceso in Italia il dibattito sia attorno ai limiti e ai condizionamenti che pesarono sul processo unitario sia attorno alle più controverse scelte successive al conseguimento dell’Unità. Sorvolare su tali questioni, rimuovere le criticità e negatività del percorso seguito prima e dopo al 1860-61, sarebbe davvero un cedere alla tentazione di racconti storici edulcorati e alle insidie della retorica.
Sono però fuorvianti certi clamorosi semplicismi : come quello dell’immaginare un possibile arrestarsi del movimento per l’Unità poco oltre il limite di un Regno dell’Alta Italia : di contro a quella visione più ampiamente inclusiva dell’Italia unita, che rispondeva all’ideale del movimento nazionale (come Cavour ben comprese, ci ha insegnato Rosario Romeo) – visione e scelta che l’impresa garibaldina, la Spedizione dei Mille rese irresistibile. L’Unità non poté compiersi che scontando limiti di fondo come l’assenza delle masse contadine, cioè della grande maggioranza, allora, della popolazione, dalla vita pubblica, e dunque scontando il peso di una questione sociale potenzialmente esplosiva. L’Unità non poté compiersi che sotto l’egida dello Stato più avanzato, già caratterizzato in senso liberale, più aperto e accogliente verso la causa italiana e i suoi combattenti che vi fosse nella penisola, e cioè sotto l’egida della dinastia sabauda e della classe politica moderata del Piemonte, impersonata da Cavour.
Fu quella la condizione obbiettiva riconosciuta con generoso realismo da Garibaldi, pur democratico e repubblicano, col suo «Italia e Vittorio Emanuele». E se lo scontro tra garibaldini ed Esercito Regio sull’Aspromonte è rimasto traccia dolorosa dell’aspra dialettica di posizioni che s’intrecciò col percorso unitario, appare singolare ogni tendenza a «scoprire» oggi con scandalo come le battaglie sul campo per l’Unità furono ovviamente anche battaglie tra italiani, similmente a quanto accadde dovunque vi furono movimenti nazionali per la libertà e l’indipendenza. Ma al di là di semplicismi e polemiche strumentali, vale piuttosto la pena di considerare i termini della riflessione e del dibattito più recente sulle scelte che vennero adottate subito dopo l’unificazione dalle forze dirigenti del nuovo Stato. E a questo proposito si sono registrati seri approfondimenti critici : che non possono tuttavia non collocarsi nel quadro di una obiettiva valutazione storica del quadro dell’Italia pre-unitaria quale era stato ereditato dal nuovo governo e Parlamento nazionale.
Questi si trovarono dianzi a ferree necessità di sopravvivenza e sviluppo dello Stato appena nato, che non potevano non prevalere su un pacato e lungimirante esame delle opzioni in campo, specie quella tra accentramento, nel segno della continuità e dell’uniformità rispetto allo Stato piemontese da un lato, e – se non federalismo – decentramento, con forme di autonomia e autogoverno anche al livello regionale, dall’altro lato. E a questo proposito vale ancor oggi la vigorosa sintesi tracciata da un grande storico, che pure fu spirito eminentemente critico, Gaetano Salvemini. «I governanti italiani, fra il 1860 e il 1870, si trovavano – egli scrisse – alle prese con formidabili difficoltà». Quello che s’impose era allora – a giudizio di Salvemini – «il solo ordinamento politico e amministrativo, con cui potesse essere soddisfatto in Italia il bisogno di indipendenza e di coesione nazionale». E così, attraverso errori non meno gravi delle difficoltà da superare, «fu compiuta – sono ancora parole dello storico – un’opera ciclopica. Fu fatto di sette eserciti un esercito solo...Furono tracciate le prime linee della rete ferroviaria nazionale. Fu creato un sistema spietato di imposte per sostenere spese pubbliche crescenti e per pagare l’interesse dei debiti....Furono rinnovati da cima a fondo i rapporti tra lo Stato e la Chiesa». E fu debellato il brigantaggio nell’Italia meridionale, anche se pagando la necessità vitale di sconfiggere quel pericolo di reazione legittimista e di disgregazione nazionale col prezzo di una repressione talvolta feroce in risposta alla ferocia del brigantaggio e, nel lungo periodo, col prezzo di una tendenziale estraneità e ostilità allo Stato che si sarebbe ancor più radicata nel Mezzogiorno.
Da un quadro storico così drammaticamente condizionato, e da un’«opera ciclopica» di unificazione, che gettò le basi di un mercato nazionale e di un moderno sviluppo economico e civile, possiamo trarre oggi motivi di comprensione del nostro modo di costituirci come Stato, motivi di orgoglio per quel che 150 anni fa nacque e si iniziò a costruire, motivi di fiducia nella tradizione di cui in quanto italiani siamo portatori ; e possiamo in pari tempo trarre piena consapevolezza critica dei problemi con cui l’Italia dové fare e continua a fare i conti. Problemi e debolezze di ordine istituzionale e politico, che – nei decenni successivi all’Unità – hanno inciso in modo determinante sulle travagliate vicende dello Stato e della società nazionale, sfociate dopo la prima guerra mondiale in una crisi radicale risolta con la violenza in chiave autoritaria dal fascismo. Ed egualmente problemi e debolezze di ordine strutturale, sociale e civile.
Sono i primi problemi quelli che oggi ci appaiono aver trovato – nello scorso secolo – più valide risposte. Mi riferisco a quel grande fatto di rinnovamento dello Stato in senso democratico che ha coronato il riscatto dell’Italia dalla dittatura totalitaria e dal nuovo servaggio in cui la nazione venne ridotta dalla guerra fascista e dalla disfatta che la concluse. Un riscatto reso possibile dall’emergere delle forze tempratesi nell’antifascismo, e dalla mobilitazione partigiana, cui si affiancarono nella Resistenza le schiere dei militari rimasti fedeli al giuramento. Un riscatto che culminò nella eccezionale temperie ideale e culturale e nel forte clima unitario – più forte delle diversità storiche e delle fratture ideologiche – dell’Assemblea Costituente. Con la Costituzione approvata nel dicembre 1947 prese finalmente corpo un nuovo disegno statuale, fondato su un sistema di principi e di garanzie da cui l’ordinamento della Repubblica, pur nella sua prevedibile e praticabile evoluzione, non potesse prescindere.
Come venne esplicitamente indicato nella relazione Ruini sul progetto di Costituzione, «l’innovazione più profonda» consisteva nel poggiare l’ordinamento dello Stato su basi di autonomia, secondo il principio fondamentale dell’articolo 5 che legò l’unità e indivisibilità della Repubblica al riconoscimento e alla promozione delle autonomie locali, riferite, nella seconda parte della Carta, a Regioni, Provincie e Comuni. E altrettanto esplicitamente, nella relazione Ruini, si presentò tale innovazione come correttiva dell’accentramento prevalso all’atto dell’unificazione nazionale. La successiva pluridecennale esperienza delle lentezze, insufficienze e distorsioni registratesi nell’attuazione di quel principio e di quelle norme costituzionali, ha condotto dieci anni fa alla revisione del Titolo V della Carta. E non è un caso che sia quella l’unica rilevante riforma della Costituzione che finora il Parlamento abbia approvato, il corpo elettorale abbia confermato e governi di diverso orientamento politico si siano impegnati ad applicare concretamente.
E’ stata in definitiva recuperata l’ispirazione federalista che si presentò in varie forme ma non ebbe fortuna nello sviluppo e a conclusione del moto unitario. All’indomani dell’unificazione, anche i progetti moderatamente autonomistici che erano stati predisposti in seno al governo, cedettero il passo ai timori e agli imperativi dominanti, già nel breve tempo che a Cavour fu ancora dato di vivere e nonostante la sua ribadita posizione di principio ostile all’accentramento benché non favorevole al federalismo. E oggi dell’unificazione celebriamo l’anniversario vedendo l’attenzione pubblica rivolta a verificare le condizioni alle quali un’evoluzione in senso federalistico – e non solo nel campo finanziario – potrà garantire maggiore autonomia e responsabilità alle istituzioni regionali e locali rinnovando e rafforzando le basi dell’unità nazionale. E’ tale rafforzamento, e non il suo contrario, l’autentico fine da perseguire.
D’altronde, nella nostra storia e nella nostra visione, la parola unità si sposa con altre : pluralità, diversità, solidarietà, sussidiarietà. In quanto ai problemi e alle debolezze di ordine strutturale, sociale e civile cui ho poc’anzi fatto cenno e che abbiamo ereditato tra le incompiutezze dell’unificazione perpetuatesi fino ai nostri giorni, è il divario tra Nord e Sud, è la condizione del Mezzogiorno che si colloca al centro delle nostre preoccupazioni e responsabilità nazionali. Ed è rispetto a questa questione che più tardano a venire risposte adeguate. Pesa certamente l’esperienza dei tentativi e degli sforzi portati avanti a più riprese nei decenni dell’Italia repubblicana e rimasti non senza frutti ma senza risultati risolutivi ; pesa altresì l’oscurarsi della consapevolezza delle potenzialità che il Mezzogiorno offre per un nuovo sviluppo complessivo del paese e che sarebbe fatale per tutti non saper valorizzare. Proprio guardando a questa cruciale questione, vale il richiamo a fare del Centocinquantenario dell’Unità d’Italia l’occasione per una profonda riflessione critica, per quello che ho chiamato “un esame di coscienza collettivo”.
Un esame cui in nessuna parte del paese ci si può sottrarre, e a cui è essenziale il contributo di una severa riflessione sui propri comportamenti da parte delle classi dirigenti e dei cittadini dello stesso Mezzogiorno. E’ da riferire per molti aspetti e in non lieve misura al Mezzogiorno, ma va vista nella sua complessiva caratterizzazione e valenza nazionale, la questione sociale, delle disuguaglianze, delle ingiustizie – delle pesanti penalizzazioni per una parte della società – quale oggi si presenta in Italia. Anche qui ci sono eredità storiche, debolezze antiche con cui fare i conti, a cominciare da quella di una cronica insufficienza di possibilità di occupazione, che nel passato, e ancora dopo l’avvento della Repubblica, fece dell’Italia un paese di massiccia emigrazione e oggi convive con il complesso fenomeno del flusso immigratorio, del lavoro degli immigrati e della loro necessaria integrazione.
Senza temere di eccedere nella sommarietà di questo mio riferimento alla questione sociale, dico che la si deve vedere innanzitutto come drammatica carenza di prospettive di occupazione e di valorizzazione delle proprie potenzialità per una parte rilevante delle giovani generazioni. E non c’è dubbio che la risposta vada in generale trovata in una nuova qualità e in un accresciuto dinamismo del nostro sviluppo economico, facendo leva sul ruolo di protagonisti che in ogni fase di costruzione, ricostruzione e crescita dell’economia nazionale hanno assolto e sono oggi egualmente chiamati ad assolvere il mondo dell’impresa e il mondo del lavoro, passati entrambi, in oltre un secolo, attraverso profonde, decisive trasformazioni. Ma non è certo mia intenzione passare qui in rassegna l’insieme delle prove che ci attendono. Vorrei solo condividessimo la convinzione che esse costituiscono delle autentiche sfide, quanto mai impegnative e per molti aspetti assai dure, tali da richiedere grande spirito di sacrificio e slancio innovativo, in una rinnovata e realistica visione dell’interesse generale.
La carica di fiducia che ci è indispensabile dobbiamo ricavarla dalla esperienza del superamento di molte ardue prove nel corso della nostra storia nazionale e dal consolidamento di punti di riferimento fondamentali per il nostro futuro. Una prova di straordinaria difficoltà e importanza l’Italia unita ha superato affrontando e via via sciogliendo il conflitto con la Chiesa cattolica. Dopo il 1861 l’obbiettivo della piena unificazione nazionale fu perseguito e raggiunto anche con la terza guerra d’indipendenza nel 1866 e a conclusione della guerra 1915-18 : ma irrinunciabile era l’obbiettivo di dare in tempi non lunghi al nascente Stato italiano Roma come capitale, la cui conquista per via militare – fallito ogni tentativo negoziale – fece precipitare inevitabilmente il conflitto con il Papato e la Chiesa. Ma esso fu avviato a soluzione con un’intelligenza, moderazione e capacità di mediazione di cui già lo Stato liberale diede il segno con la Legge delle guarentigie nel 1871 e che – sottoscritti nel 1929 e infine recepiti in Costituzione i Patti Lateranensi – sfociò in tempi recenti nella revisione del Concordato. Si ebbe di mira, da parte italiana, il fine della laicità dello Stato e della libertà religiosa e insieme il graduale superamento di ogni separazione e contrapposizione tra laici e cattolici nella vita sociale e nella vita pubblica.
Un fine, e un traguardo, perseguiti e pienamente garantiti dalla Costituzione repubblicana e proiettatisi sempre di più in un rapporto altamente costruttivo e in una «collaborazione per la promozione dell’uomo e il bene del paese» – anche attraverso il riconoscimento del ruolo sociale e pubblico della Chiesa cattolica e, insieme, nella garanzia del pluralismo religioso. Questo rapporto si manifesta oggi come uno dei punti di forza su cui possiamo far leva per il consolidamento della coesione e unità nazionale. Ce ne ha dato la più alta testimonianza il messaggio augurale indirizzatomi per l’odierno anniversario – e lo ringrazio – dal Papa Benedetto XVI. Un messaggio che sapientemente richiama il contributo fondamentale del Cristianesimo alla formazione, nei secoli, dell’identità italiana, così come il coinvolgimento di esponenti del mondo cattolico nella costruzione dello Stato unitario, fino all’incancellabile apporto dei cattolici e della loro scuola di pensiero alla elaborazione della Costituzione repubblicana, e al loro successivo affermarsi nella vita politica, sociale e civile nazionale.
Ma quante prove superate e quanti momenti alti vissuti nel corso della nostra storia potremmo richiamare a sostegno della fiducia che deve guidarci di fronte alle sfide di oggi e del futuro! Anche a voler solo considerare il periodo successivo alla sconfitta e al crollo del 1943 e poi alla Resistenza e alla nascita della Repubblica, è ancora incancellabile nell’animo di quanti come me, giovanissimi, attraversarono quel passaggio cruciale, la memoria di un abisso di distruzione e generale arretramento da cui potevamo temere di non riuscire a risollevarci. Eppure l’Italia unita, dopo aver scongiurato con sapienza politica rischi di separatismo e di amputazione del territorio nazionale, riuscì a rimettersi in piedi. Il primo, e forse più autentico «miracolo», fu la ricostruzione, e quindi – nonostante aspri conflitti ideologici, politici e sociali – il balzo in avanti, oltre ogni previsione, dell’economia italiana, le cui basi erano state gettate nel primo cinquantennio di vita dello Stato nazionale. L’Italia entrò allora a far parte dell’area dei paesi più industrializzati e progrediti, nella quale poté fare ingresso e oggi resta collocata grazie alla più grande invenzione storica di cui essa ha saputo farsi protagonista a partire dagli anni ’50 dello scorso secolo: l’integrazione europea.
Quella divenne ed è anche l’essenziale cerniera di una sempre più attiva proiezione dell’Italia nella più vasta comunità transatlantica e internazionale. La nostra collocazione convinta, senza riserve, assertiva e propulsiva nell’Europa unita, resta la chance più grande di cui disponiamo per portarci all’altezza delle sfide, delle opportunità e delle problematicità della globalizzazione. Prove egualmente rischiose e difficili abbiamo dovuto superare, nell’Italia repubblicana, sul terreno della difesa e del consolidamento delle istituzioni democratiche. Mi riferisco a insidie subdole e penetranti, così come ad attacchi violenti e diffusi – stragismo e terrorismo – che non fu facile sventare e che si riuscì a debellare grazie al solido ancoraggio della Costituzione e grazie alla forza di molteplici forme di partecipazione sociale e politica democratica ; risorse sulle quali sempre fa affidamento la lotta contro l’ancora devastante fenomeno della criminalità organizzata.
In tutte quelle circostanze, ha operato, e ha deciso a favore del successo, un forte cemento unitario, impensabile senza identità nazionale condivisa. Fattori determinanti di questa nostra identità italiana sono la lingua e la cultura, il patrimonio storico-artistico e storico-naturale : bisognerebbe non dimenticarsene mai, è lì forse il principale segreto dell’attrazione e simpatia che l’Italia suscita nel mondo. E parlo di espressioni della cultura e dell’arte italiana anche in tempi recenti : basti citare il rilancio nei diversi continenti della nostra grande, peculiare tradizione musicale, o il contributo del migliore cinema italiano nel rappresentare la realtà e trasmettere l’immagine, ovunque, del nostro paese. Ma dell’identità nazionale è innanzitutto componente primaria il senso di patria, l’amor di patria emerso e riemerso tra gli italiani attraverso vicende anche laceranti e fuorvianti. Aver riscoperto – dopo il fascismo – quel valore e farsene banditori non può esser confuso con qualsiasi cedimento al nazionalismo. Abbiamo conosciuto i guasti e pagato i costi della boria nazionalistica, delle pretese aggressive verso altri popoli e delle degenerazioni razzistiche. Ma ce ne siamo liberati, così come se ne sono liberati tutti i paesi e i popoli unitisi in un’Europa senza frontiere, in un’Europa di pace e cooperazione.
E dunque nessun impaccio è giustificabile, nessun impaccio può trattenerci dal manifestare – lo dobbiamo anche a quanti con la bandiera tricolore operano e rischiano la vita nelle missioni internazionali – la nostra fierezza nazionale, il nostro attaccamento alla patria italiana, per tutto quel che di nobile e vitale la nostra nazione ha espresso nel corso della sua lunga storia. E potremo tanto meglio manifestare la nostra fierezza nazionale, quanto più ciascuno di noi saprà mostrare umiltà nell’assolvere i propri doveri pubblici, nel servire ad ogni livello lo Stato e i cittadini. Infine, non ha nulla di riduttivo il legare patriottismo e Costituzione, come feci in quest’Aula in occasione del 60° anniversario della Carta del 1948. Una Carta che rappresenta tuttora la valida base del nostro vivere comune, offrendo – insieme con un ordinamento riformabile attraverso sforzi condivisi – un corpo di principii e di valori in cui tutti possono riconoscersi perché essi rendono tangibile e feconda, aprendola al futuro, l’idea di patria e segnano il grande quadro regolatore delle libere battaglie e competizioni politiche, sociali e civili.
Valgano dunque le celebrazioni del Centocinquantenario a diffondere e approfondire tra gli italiani il senso della missione e dell’unità nazionale : come appare tanto più necessario quanto più lucidamente guardiamo al mondo che ci circonda, con le sue promesse di futuro migliore e più giusto e con le sue tante incognite, anche quelle misteriose e terribili che ci riserva la natura. Reggeremo – in questo gran mare aperto – alle prove che ci attendono, come abbiamo fatto in momenti cruciali del passato, perché disponiamo anche oggi di grandi riserve di risorse umane e morali. Ma ci riusciremo ad una condizione: che operi nuovamente un forte cemento nazionale unitario, non eroso e dissolto da cieche partigianerie, da perdite diffuse del senso del limite e della responsabilità. Non so quando e come ciò accadrà ; confido che accada ; convinciamoci tutti, nel profondo, che questa è ormai la condizione della salvezza comune, del comune progresso.
Giorgio Napolitano
FUENTE: CORRIERE DELLA SERA
jueves, 17 de marzo de 2011
150 anni della Unitá d'Italia - Acto en las puertas de la Sociedad Italiana de Paraná
Acto con presencia de autoridades locales, alumnos del Colegio Galileo Galilei de la Sociedad Italiana, Homenaje a Giuseppe Garibaldi, y Placa Recordatoria.
Fotos enviadas por Juana Ferro Oneto del Centro Lígure de Paraná
sábado, 12 de marzo de 2011
Revista ECO SICILIANO de las Familias Sicilianas de Paraná
Este es el último número de la revista n° 23 de nuestra Asociación, en lengua española y con algunos artículos en italiano.
Questo è l'ultimo numero del magazine n ° 23 della nostra Associazione, in spagnolo e alcuni articoli in italiano.
This is the last issue of the magazine n ° 23 of our Association, in Spanish with some articles in Italian.
Link: http://www.fileden.com/files/2011/1/25/3067057//revista 23.pdf
viernes, 11 de marzo de 2011
Gangitanos de fiesta en Rosario
Celebración de los Gangitanos de Rosario con la visita del Sindaco (Intendente) de Gangi. De la página de Juan José Mocciaro en Facebook Visite http://www.gangitanosderosario.com.ar/
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