español
Breve historia de la Unificación de Italia.
A principios del siglo XIX Italia era sólo una "expresión geográfica" (cada pueblo tenía sus diferentes costumbres, lengua, bandera e himno). Ocupaban la península Itálica un mosaico de estados, algunos ocupados por potencias extranjeras, como los Habsburgos de Austria o los Borbones de España y cuando Napoleón conquistó la península modificó el mapa completamente. Anexionó Piamonte, Parma, Toscana, la República Ligur y los Estados Pontificios al Imperio francés, unificó todo el noreste de la península para crear el Reino de Italia, del cual se declaró rey y también conquistó el Reino de Nápoles. Durante este período Italia sufrió toda una serie de reformas liberales, como la abolición de los privilegios feudales y eclesiásticos. Con la derrota de Napoleón, el Congreso de Viena (1815) reestructura de nuevo el espacio geográfico de Italia, (Lombardía, bajo el dominio austríaco; los Estados Pontificios, bajo el dominio del Papa; el reino de Piamonte bajo el dominio del Rey Víctor Manuel II y el reino de las Dos Sicilias, bajo el dominio español con Fernando I, entre otros), lo que respondía más a una concepción feudal del territorio que a un proyecto de estado liberal burgués. atendiendo especialmente a los intereses de las familias dinásticas y las grandes potencias europeas, nunca a los intereses del pueblo.
El papel conspirativo de la masonería o de los intereses de las distintas potencias europeas (concretamente Inglaterra, interesada en crear un fuerte antagonista a la enemiga Francia) también se han aducido como causa del "Risorgimento".
Luego de varios intentos de unificación entre 1830 y 1848, que fueron aplastados por el gobierno austríaco, la hábil política de Camilo Benso, Conde de Cavour, ministro del reino de Piamonte, logró interesar al emperador francés Napoleón III en la unificación territorial de la península, que consistía en expulsar a los austríacos en el norte y crear una confederación italiana; a pesar de la derrota del imperio austríaco, el acuerdo no se cumplió por el temor de Napoleón III a la desaprobación de los católicos franceses.
Además, durante la guerra se presentaron insurrecciones en los ducados del norte, que luego fueron anexados al Piamonte, así como en la Lombardía que fue cedida por Napoleón al Piamonte, con lo cual se cumplió la primera fase de la unificación.
En la segunda fase se logró la unión del sur cuando; el 5 de mayo de 1860 Giuseppe Garibaldi, inconforme con el tratado entre Cavour y Napoleón, zarpó del puerto de Quarto (Provincia de Génova) en dos barcos de vapor hacia Sicilia con 1033 hombres en camisas rojas, en su mayoría veteranos de anteriores guerras. Esta campaña se llamó Expedición de los Mil (Spedizione dei Mille en italiano) y fue un paso muy importante para la unificación de Italia. Conquistada Sicilia los expedicionarios de Garibaldi ocuparon Calabria y en 1860 llegaron a la frontera napolitana. Garibaldi, que buscaba la unidad italiana, entregó los territorios conquistados a Víctor Manuel II reinante en el Piamonte, en perjuicio de otras intervenciones de personajes notables como Giuseppe Mazzini, que fundó la sociedad secreta “Joven Italia”, que pretendía liberar Italia del dominio de las potencias invasoras y unificar el país por medio de la educación del pueblo y la formación de una República democrática.
Inicialmente el proceso de la unificación no fue producto de la voluntad popular pese a los plebiscitos convocados por Cavour, por tanto la acción del nuevo Reino de Italia se centró en la construcción de una nacionalidad italiana (“Italia está hecha, ahora hacemos los italianos”) y pese a los límites y a las innegables deficiencias de la unificación cumplida en el 1860-61, supo hacer frente a las complicadas vicisitudes ligadas al equilibrio europeo que culminaron con la incorporación del último reducto de los Estados Pontificios en 1870.
tomado de La Información, Santiago de Caballeros, Rca. Dominicana - 8/3/2011
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